Cuando hablamos de diseño Web, cuando hablamos de blogs, de comunidades sociales, de tiendas online… cuando hablamos de todo aquello que integre la construcción de una marca y que esté pensado para atraer la atención ( y las emociones) del consumidor actual… no nos damos cuenta de cuánto incide la aplicación del “sentido común” en nuestras acciones.

Debemos recordar que todos somos prosumidores lo que nos dota de una doble personalidad con la que interactuar en una Internet ubicua e híper conectada.

Si estamos pensando en invertir recursos para dotar a  nuestro blog corporativo  del diseño Web más coherente con nuestro mensaje, no podemos olvidar que avanzamos hacia el ciclo de las marcas unipersonales en movimiento, la construcción de influencias a través de acciones y el acceso vertiginoso a contenidos de calidad que impacten y atraigan.

Es por ello que al hablar hoy de diseño Web, lo hacemos pensando más allá de la plantilla, el plug-in, los colores o la distribución de elementos en el espacio… lo hacemos pensando en las necesidades de un consumidor que toma decisiones centradas en emociones y que sabe distinguir el compromiso, la transparencia y la honestidad, con tan sólo un par de clics. Los mismos que necesita para vincularse con nuestra competencia.

Es necesario comprender que las marcas son del consumidor y que cualquier acción destinada a construir una marca social, debe mirar siempre hacia delante, porque es ahí dónde se encuentran necesidades sin resolver.

Y finalmente, no nos olvidemos al abordar aspectos relacionados con el diseño Web que; acometer la optimización de nuestro portal corporativo, a la interacción, criterios de usabilidad y navegación, que nos impone el crecimiento sin pausa, de la Web móvil, puede que sea un elemento que indique valor agregado aún hoy pero… mañana, quizá hemos perdido competitividad.