Hemos transitado… sí, lo hemos hecho… aquí estamos, todos y cada uno de nosotros, quizá no los más jóvenes pero… para todos los que ya han pasado los 35 años, el salto hacia la empresa, 2.0 ha sido cuando menos, fascinante y sin duda, seguro no me equivoco si digo que, exigente.
Pero lo hemos hecho… o lo estamos haciendo cada día, mejor dicho. Hoy, cuando han pasado poco más de 5 años desde que Facebook y Twitter comenzaban a nombrarse con más frecuencia de lo habitual, sabemos que construirse una marca es indispensable para tener un lugar en el nuevo orden social, en la nueva economía y en la nueva cultura empresarial.
Hablando de ésta última, de los nuevos paradigmas creados y aceptados que nos informan cuales son los puntos en común en la misión, visión y valores, que toda empresa debe tener con independencia del mercado o la industria en la que se clasifique, es que nos adentramos en el análisis de la importancia que tiene el nuevo liderazgo y cómo éste, es quien finalmente construye equipos de trabajo sólidos que muestran empresas con capacidad para la “conquista” del cliente (interno y seguro, externo)
Cuando hablamos hoy de inteligencia emocional en las empresas, inmediatamente nos focalizamos en una persona (o varias) cuyos talentos afloren mostrándose como un creador, con capacidad para lograr que las personas experimenten procesos de crecimiento y con auténtica vocación por lograrlo.
El nuevo liderazgo es vertical y motivador, exigente y justo, inquebrantable y comprensivo, y son precisamente estas cualidades las que, cuando se imbuyen en la construcción de equipos de trabajo, dan como resultado a colaboradores fidelizados, comprometidos y que, de verdad, creen que sus acciones son importantes en la consecución de sus objetivos, son capaces de hacer auto crítica de forma constructiva, han desarrollado una poderosa tolerancia a la frustración y, es finalmente, su pasión por la marca y su crecimiento, la que hace de todas sus acciones, algo eficiencia.
Las empresas que busquen ser referentes por la aplicación de una inteligencia emocional, deben incluir la construcción de equipo dentro de sus planes de negocio, provisiones y dotaciones económicas y estrategias porque, sólo cuando una empresa, es capaz de construir un equipo que funcione integrado, motivado y comprometido, es que estamos hablando de una marca con peso específico.
¿Debe ser así no creéis porque, cómo si no, podremos conquistar a nuestros clientes externos?
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3 octubre, 2012