«Crea tu página web en 5 minutos desde 0,99€». ¿Te resulta familiar este tipo de reclamos publicitarios? En la última década internet ha recibido una oleada de herramientas online destinadas a la creación de sitios web de forma fácil, rápida y barata (si no, gratis). Pero ¿es oro todo lo que reluce en este tipo de servicios? Unos pésimos tiempos de carga, las limitaciones técnicas, la imposibilidad de optimizar el SEO o la escasa ciberseguridad son algunas de las bondades ocultas de Wix, Webnode y Yola. Si las tres B (Bueno, Bonito y Barato) son un mito en cualquier segmento comercial, en el diseño web para tiendas online lo son doblemente, como descubriremos a continuación.
La imperiosa necesidad de tener una parcela en internet está chocando con la falta de recursos de usuarios y startups en plena crisis económica. ¿El resultado? Webnode, Wix, Jimdo, Weebly, IMcreator, Yola, Website Builder y un larguísimo etcétera de herramientas destinadas al diseño web de tiendas online, que viven su edad dorada. Muchas son las víctimas que caen en sus redes y acaban por desengañarse, eso sí, tras haber derrochado un valioso tiempo y dinero.
Desvelando la letra pequeña del diseño web «para dummies»
La mayor parte de estos editores de sitios web no mienten a sus clientes: les permiten crear un espacio web de bajo coste y con la rapidez de las plantillas por defecto. Ahora bien, aspectos como el SEO, la navegabilidad o la personalización de las URLs brillan por su ausencia, porque saben que los usuarios más inexperimentados los pasarán por alto. Sin embargo, resultan imprescindibles incluso para la marca personal menos ambiciosa.
Sorprende, por ejemplo, la imposibilidad de utilizar URLs amigables, uno de los grandes «peros» de estas herramientas, que no te permiten construir enlaces con las keywords de deseemos posicionar en Google o Bing. En consecuencia, debemos renunciar a las primeras posiciones de las SERPs y al volumen más importante del tráfico web. Asimismo, estos editores no utilizan tecnologías similares a WordPress u otros CMS, sino que emplean los perniciosos archivos Flash y códigos AJAX, forzándonos a cometer uno de los errores de posicionamiento web, pues buscadores como Google castigan el abuso de estas tecnologías.
Por otra parte, webs diseñadas con estas herramientas ofrecen unos paupérrimos tiempos de carga. En la mayoría de los casos, pueden demorar hasta 3 segundos, y como desveló un estudio de SmartBear, el 57% de los cibernautas abandona los sites que superan este lapso. Más alarmante aún es su alta vulnerabilidad frente al cibercrimen, pues la plataforma continúa siendo la dueña legal de la web y se reserva el derecho de modificar el HTML a placer, con lo cual no podremos implementar plugins para WordPress (como iThemes Security, por ejemplo) que nos permitan minimizar el riesgo.
Por último, vale la pena desmitificar otro de los puntos fuertes de este tipo de herramientas: el precio, no tan asequible como pueda parecer. Si deseamos eliminar las marcas de agua con el logotipo de la empresa, conviene despedirse de la gratuidad del servicio. Para acceder a todas las funcionalidades, debemos recurrir a los planes premium: 16,17€ al mes en Wix, de 23€ a 42€ en Weebly, 29.95$ en Yola, etc.
Estas y otras verdades ocultas de estos servicios ponen en relieve la necesidad de encomendar el diseño web de tiendas online a profesionales, que además nos asesorarán de principio a fin hasta encontrar la solución que mejor se adapte a nuestro negocio.
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