Desde su lanzamiento en 1998, los algoritmos de Google han premiado la calidad, valor y relevancia del contenido por encima de todo. De ahí que, para conseguir tráfico y generar leads, las empresas digitales deban esforzarse en conquistar al buscador de Alphabet, publicando artículos y post que interesen y aporten valor a los internautas.
¿Una forma segura de lograrlo? El contenido long-form, que si bien está lejos de ser una novedad en el mundo del marketing digital, ha cobrado importancia en los últimos años.
Sus orígenes deben rastrearse en el llamado long-form journalism, es decir, «una modalidad de periodismo dedicada a escribir artículos más largos», que con frecuencia «toman la forma de la non fiction o periodismo narrativo», según un artículo dedicado en Wikipedia.
¿Contenido long-form? Una breve definición
Dentro de la definición de contenido long-form de Google, la longitud textual quizá sea su rasgo más característico. Sin embargo, en internet pueden encontrarse distintas definiciones que no necesariamente coinciden al afirmar cuál es la extensión exacta de un artículo long-form. ¿Son más de 1000 palabras?, ¿son al menos 2.000?, ¿o a partir de 4.000? Todas estas estimaciones pueden ser ciertas.
De ahí que, para definir qué son los contenidos long-form en Google, Bing, etc., sea necesario destacar otra de sus cualidades: la profundidad en el tratamiento de la información. Y es que este tipo de artículos es más minucioso y detallado; puede contener índices más extensos y una mayor cantidad de imágenes, gráficos, estadísticas, etc.
Anteriormente se ha mencionado que el estilo del contenido long-form suele responder a la fórmula de non fiction. Pero esto no significa que los tutoriales, las entrevistas, los artículos de opinión o los casos de estudio no puedan es long-form, pues ni su temática ni su estructura son restrictivas.
En una palabra, los contenidos long-form se caracterizan por su extensión (al menos 2.000 palabras) y el tratamiento que hacen de la información (pormenorizada).
Por qué el contenido long-form interesa (y mucho) a las empresas digitales
La creación de contenido long-form de Google requiere una inversión de tiempo y dinero superior a la media. Un artículo 4.000 palabras no es moco de pavo, no es igual de exigente que un blog post de 500 palabras. Sin embargo, sus beneficios a medio-largo plazo son sensiblemente mayores.
En primer lugar, estos contenidos aportan un valor añadido al SEO posicionamiento. Diversos estudios de Moz y otras plataformas especializadas sugieren que Google favorece las publicaciones de mayor longitud al clasificar sus resultados de búsqueda.
Es recomendable, sin embargo, no sacrificar la calidad en favor de la cantidad, pues la tasa de rebotes se disparará, y los algoritmos de búsqueda lo interpretarán de manera negativa. A propósito de este beneficio del contenido long-term, quizá te interese conocer las tendencias SEO.
La autoridad y credibilidad de la marca es otro aspecto que se verá reforzado con la publicación de artículos más extensos y detallados (ya sea en su blog, en sus publireportajes, etc.). Si tus competidores directos están realizando publicaciones superficiales de corta extensión, decantarse por una estrategia opuesta te ayudará a diferenciarte y aporta mayor valor a tus clientes.
Desde el punto de vista de las conversiones, un artículo de mayor extensión tendrá más posibilidades de lograrlo que otro de menor longitud. Si un internauta desea conocer, por ejemplo, cuál es el mejor colchón viscoelástico del mercado, no buscará una simple enumeración de marcas y modelos; deseará conocer en detalle sus pros y contras, apreciando además la opinión de profesionales, la presencia de gráficos de ventas, de estudios científicos, etc.; esto último, sin embargo, es imposible de ofrecer en artículos de menos de 2.000 palabras, claro está.
En último término, los contenidos long-form en Google y otros buscadores garantizan un mejor impacto en las redes sociales. Los likes, los shares, los pins y otras interacciones en plataformas como Facebook, Twitter o Pinterest crecen gracias a la publicación de estos contenidos, en prueba del mayor interés que despiertan entre los internautas.
En consecuencia, las empresas que deseen viralizar sus contenidos, deben apostar por formatos long-form.
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